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Siguiendo
el curso del río Cabriel desde el pantano de Contreras nos
encontramos con uno de los fenómenos geomorfológicos más
llamativo, interesante y particular de nuestro paisaje natural;
los Cuchillos de Contreras y que podríamos catalogar como una
variación de las Hoces . Una hoz se forma cuando un río discurre
a través de terrenos cuyos estratos son de gran dureza y
resistencia a la erosión hídrica y se encuentran e n posición
subhorizontal. En este caso las aguas labran un profundo surco
sobre el macizo rocoso que con el transcurso del tiempo acaba
convirtiéndose en un profundo barranco de laderas muy pendientes
en las que abundan escarpes y farallones verticales de gran
altura . En el caso particular de las Hoces del Cabriel ,
comprendidas entre el valle de la Fonseca y la rambla de
Consolación, constituyen un bello ejemplo de encajamiento de red
fluvial, en materiales carbonados de la edad Cretácico superior,
que forman un valle estrecho de abruptas paredes de más de 100
metros de desnivel, dando luigar a un fantástico paisaje de
meandros aencajados que forman una espectacular garganta
serpenteante. Las escarpadas laderas aparecen surcadas de
abrigos naturales que se forman gracias a la acción de la
humedad (chorreos superficiales o aguas subterráneas) y de la
acción de hielo-deshielo. El proceso de formación de abrigos
resulta más efectivo cuando actúa sobre las rocas margosas. En
uno de estos abrigos se conservan aún pinturas rupestres de
miles de años atrás (Paleolítico Superior) de las que hablaremos
más adelante.
El valle de la
Fonseca integrado, paisajísticamente hablando, en las Hoces
tiene una importancia vital desde el punto de vista geológico
que reside en dos niveles diferenciados: por una parte las rocas
de la Edad Terciaria, constituidas por arcillas, yesos y
conglomerados y en segundo lugar los materiales deleznables
forman un impresionante paisaje acarcavado. Las cárcavas son
canales profundos de paredes empinadas que forma el aguaal
deslizarse por laderas con subsuelos preferentemente arcillosos,
lo que convierte el terreno en una superficie irregular.

Los
Cuchillos de Contreras son probablemente el lugar más conocido y
espectacular de la zona, tanto por su belleza natural, como por las rutas de
escalada que atraían a numerosos practicantes de este deporte,
si bien en la actualidad está restringido por las normas de la
Reserva Natural de las Hoces del Cabriel. Estas formas de
paisaje son un fenómeno geológico único formados por pliegues
del terreno que originan la posición vertical de los diferentes
estratos integrados por materiales de muy diversa dureza, tales
como caliza del Cretácico superior y margas, cuya erosión
diferencial ha dado lugar a un paisaje de crestas verticales
cual pináculo de una catedral gótica cuyo principal arquitecto
es la Naturaleza.

Los numeroso
barrancos que vierten sus aguas en el Cabriel también van
dejando sus marcas en la piel del río, pudiéndose apreciar en
esos barrancos numerosos ejemplos de "pilancones" o "marmitas
gigantes", depresiones en forma de hoya que excavan las aguas
cuando hay salto o pendiente, y que se originan en los periodos
en los que el caudal y la energía eran suficientes como para
formarlas. Hoy día las ramblas tributarias del Cabriel acusan
frecuentemente la sequía, aunque no se debe olvidar que este río
que hiere y orada el corazón mismo de Castilla La Mancha es uno
de los pocos ríos caudalosos limpios que nos quedan en la
Península.

La vegetación de las
Hoces del Cabriel han sido escasamente alterada por la presencia
y el uso humano debido a su inaccesibilidad del hombre a lo más
profundo de los tajos y hoces, por lo que, lejos de las
actividades tradicionales de la explotación, presentan
actualmente un magnífico estado de conservación, no sólo
vegetal, sino faunístico, del paisaje...en una palabra
ecológico. A grandes rasgos, el tipo de vegetación es la
atribuible al piso bioclimático meso-mediterráneo, aunque
alterada y favorecida por unas condiciones climáticas más
cálidas. El pinar de carrasco constituye la formación más
extendida en el entorno del río Cabriel, ocupando amplias
superficies de suelos poco profundos y bastante pedregosos, así
como la topografía más accidentada: laderas, crestas o
barrancos. En las zonas mejor conservadas y de suelos más
profundos abunda la coscoja, sabina mora, lentisco, enebro,
brezo y romero, siendo esta última la más abundante en biotopos
más desfavorecidos donde el matorral se empobrece. En menor
medida aparecen junto al pinar el torvisco, labiérnago y algunos
ejemplares de madroño. Cuando la espesura del pinar desciende o
incluso éste llega a desaparecer, las formaciones dominantes
corresponden a romerales más o menos puros. Otra especie
significativa es el esparto que apareciendo entre los tomillares
y romerales de la zona o formando rodales monoespecíficos
(espartales) característicos de las áreas cálidas mediterráneas.
Los estratos inferiores corresponden a otra gramínea muy
extendida: el cervero y el tomillar mixto formado por varias
especies leñosas. Los matorrales multiespecíficos tipo garriga
son de gran importancia ecológica al constituir un magnífico
hábitat para la fauna de la zona así como por su valor
paisajístico. En la zona umbría de "los Cuchillos", el espacio
entre las rocas afiladas lo ocupan el pino carrasco y el
matorral con un alto grado de desarrollo, en el que domina la
coscoja, el lentisco, enebro, sabina y romero.

La fauna es singular
y está protegida. Aves que se elevan sobre los grandes escarpes
y las afiladas agujas del paisaje,
son una imagen difícil, única y rara de disfrutar , que en el
paraje de las hoces se convierte en una bella realidad. El
visitante puede divisar el vuelo de las especies que dominan el
aire. Rapaces como el halcón peregrino, el águila y el búho
real. Aves rupícolas incluidas en el Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas como el águila real y perdiguera, el halcón
peregrino y la chova piquirroja. Todas estas especies rupícolas
han podido preservar su existencia gracias a la escasa o nula
presencia humana. Hasta la actualidad la historia ha sido
benévola con estas aves ya que la imposible orografía de sus
anidamientos ha impedido su persecución y extinción como sucede
en otras montañas.
El reinado del
gato montés es en las zonas más inaccesibles del sotobosque
donde coscojos, madroños y durillos tejidos y entrelazados por
zarzas y zarzaparrillas, capaces de desgarrar la piel del
hombre. El gato montés ocupa como inquilino provisional
cualquier madriguera vacía o tronco hueco a la espera de sus
presas: zorzales, estorninos y roedores . Este felino, pariente
directo del lince ibérico es insustituible en el entorno del
bosque mediterráneo, ya que nadie es capaz de trepar a los
árboles como este pequeño tigre ibérico y capturar ciertas
especies. Este hábitat enmarañado y de difícil acceso lo
comparten con el gato montés el huidizo tejón y el zorro, este
último de gran importancia en la cadena vital del entorno ya que
contribuye a la reforestación , al esparcir con sus excrementos
semillas de sabina y madroño por considerables extensiones,
debido a su costumbre de aprovechar los atardeceres para
recorrer importantes distancias en busca de alimento.
El agua,
imprescindible en la cadena biológica de la zona, es a su vez un
hervidero de vida y un punto de atracción al que el
visitante no puede resistirse. Meter los pies en el cristalino
cauce del Cabriel, tocar sus frescas y traslúcidas aguas son
alguno de los preciados placeres que la naturaleza nos reserva y
que el río nos ofrece. El Cabriel rebosa cachos, barbos, truchas
y pardillas, habitantes comunes del tramo medio de los ríos
ibéricos que, si bien no son especies extraordinarias, ni raras,
ni singulares, sí son especies que el Cabriel conserva y que han
desaparecido de otros ríos españoles. Estas hospitalarias aguas
conservan ejemplares de nutrias. La posesión de este animal por
su apreciada piel, la contaminación y la destrucción de las
riberas están acabando con este mamífero que era un habitante
cotidiano de nuestras grandes redes fluviales.
Las Hoces del
Cabriel son un hábitat único e irrepetible donde agua, rocas y
vegetación se han unido para ofrecer un lugar donde vivir a
todas las especies; a la vez que resulta un pasillo ecológico
que une dos mundos, diferentes pero complementarios, las
montañas y los llanos.

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El día 1 de mayo de 1987, el sacerdote nacido en Minglanilla
Vicente Malabia descubrió unas pinturas Rupestres en el abrigo
de la Hoz de Vicente junto al Río Cabriel, y con ello una de las
principales manifestaciones Rupestres del arco
Mediterráneo. Datan del Paleolítico al Neolítico.
(Del 15000 A .C al 12000 A .C) conocido
también como arte Rupestre levantino.
Parece ser que nos encontramos con una pared muy
bien pulida y con dos tipos de pinturas diferentes, dentro del
mismo arte. Gran parte de las figuras podemos deducir que son
Mediterráneas por parecer dibujos humanos, estilizados.En la
parte superior de la pared observamos a un guerrero con su
lanza, a su derecha su compañera , en la parte inferior junto a
los pies se encuentra los dos hijos, uno a cada lado de los dos,
como demostrando una identidad igual que si tratase de explicar
una escala social.Estos personajes están hechos con gran
realismo, y su tamaño es más bien grande comparándolos con los
demás.
Más abajo hay otro tipo de pinturas pequeñas
agrupadas en una fila de diez son figuras diferentes. Más a la
derecha de la pared hay más pinturas humanas aisladas intentando
expresar el movimiento. Solían estar de frente y los animales de
perfil. Los dibujos son simples, por eso se llaman esquemáticos.
Su trabajo se asemeja a los de un niño pequeño que empieza a
dibujar, parece ser que están hechas con el dedo como pincel y
gran parte de
su color es rojo aunque aparece algo de negro. En
otra pared muy próxima podemos observar otras pinturas muy
curiosas que representan la caza del ciervo y el arquero y
varios signos de color negro, de línea muy fina formando un tipo
de cruz imperfecta.
Los lugares escogidos no son cuevas profundas, sino
abrigos rocosos donde se pintaba a la luz del día.
Las pinturas se encuentran muy deterioradas, debido
a la cal que les cae de la Tierra caliza de parte de la cima de
la montaña.
Estos dibujos son, totalmente diferentes, con
características distintas a las del norte de España, las cuevas
de Altamira, donde en el arte representativo aparecen animales
Pintados con gran realismo y tamaño.
Y para terminar podemos deducir que el arte
mediterráneo de nuestras pinturas pueden considerarse como una
evolución del arte cantábrico.

Texto extraído de la revista de la Caja de Castilla
La Mancha. El texto sobre las pinturas rupestres ha sido escrito
por D.J.L. Borja, para un artículo del periódico escolar
El Salero.
Fotografías cedidas por Mª. Carmen Morón, por
J.L. Borja y la JCCM
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