El origen toponímico de la villa procede del vocablo “minglano” (granado), por cuanto Minglanilla vendría a significar “pequeño lugar poblado de minglanos”. Y así parecen corroborarlo los diputados por el concejo, para responder al cuestionario, Pedro Ximénez de Contreras y Juan Mateo, cuando, en la relación que dan de Minglanilla en 19 de diciembre de 1575, dicen:
Que esta villa se llama La Minglanilla al presente, y siempre se ha llamado de este nombre y nunca ha tenido otro. E otrosí dixeron que la causa por que antiguamente esta villa se dice La Minglanilla fue y es porque, junto a una fuente que en ella había y hay, había un minglano de cuya causa se tomó el dicho apellido.
En la siguiente respuesta refieren que “Podía haber setenta años —hacia 1500—, poco más o menos, que esta villa, siendo aldea de la villa de Iniesta, no tenía sino tres o cuatro casas en las cuales vivían tres hijos de Juan López de la Minglanilla, el cual dicho Juan López fue el primero fundador, y que antes ni después no se ha sabido que esta villa haya sido de moros.
Luego dicen que hará como once años que es villa, luego le otorgarían el privilegio de villazgo por 1564.
En respuesta a la pregunta 34 refieren un suceso luctuoso acaecido en el pueblo: En los términos de esta villa do dicen El Llano Juan Valiente, podrá haber cuatro años poco más o menos, que estando un hombre de esta villa en su labor de noche y metido en un costal desquí a la cinta por el frío, y teniendo en sus brazos un hijo suyo de once años, le tiraron un escopetazo con pelota y perdigones y le pasaron el cuerpo, y no se ha sabido en jamás quién le mató, que fue una muerte la más cruel del mundo...
A la pregunta 48 responden que La iglesia de esta villa es parroquial, cuya advocación es de Nuestra Señora de la Piedad y que en ella no hay capillas ni enterramientos.
En cuanto a fiestas se refiere, decían que: En esta villa se tienen jurado a San Quiley y Santa Julita, y se guarda por razón que en tal día como aquél se apedrearon todos los frutos, que no quedó nada. Y así hicieron en un alto una cruz, y no se ha hecho ermita por la poca posibilidad; y que se da de caridad que se coge por el pueblo.
Ocho años más tarde, dice el visitador que giró la correspondiente visita eclesiástica:
En diez y seis días del mes de diciembre de mil y quinientos y ochenta y tres, se visitó la parrochial iglesia de La Minglanilla, q es de la advocación de Nra. Sra. de la Piedad. Es anexa a la parrochial iglesia de la villa de Yniesta. Visitó el Santísimo Sacramento, y pila, y olios, y crisma, y libros, y estava dezente. Las posesiones de la dicha iglesia se posehen quieta y pacíficamente.
Hízose inventario de los bienes de la dicha iglesia como parece al fin del Libro de Visita.
Sirve el beneficio curado el magistral Pedro Blasco; es teniente de cura por Gil Ruiz de la Coba, vicario y cura propio de la dicha villa de Ingesta.
Halló por mayordomo a Alonso de Poueda, al qual se hizo cargo de setenta y ocho mil y seiscientos y ochenta y cinco maravedíes.
Tuuo de descargo ochenta y un mill y quatro cientos y cinquenta y siete maravedís.
Fue alcançada la iglesia en dos mill y sietecientos y setenta y dos maravedíes.
Quedó por mayordomo Benito Serrano, y quedaron proveídos los mandamientos generales para que se hiziesen vnas puertas para la iglesia y se comprasen dos varas de lienço delgado para purificadores de los cálices.
Leyose el edicto públicamente.
Ocupose en esta visita dos días. Llevó de derechos dos ducados. Visitáronse las demandas de sacramento y purgatorio, y el hospital y vna hermita de San Quílez y la cofradía de Nra. Sra.
Según el Censo Real de Castilla, en 1591 la villa contaba con una población de 160 vecinos
(159 pecheros y un hidalgo).
En 1730, el número de vecinos había llegado a los 238. Sus frutos eran granos, vino y aceite.
Tenía la villa fábrica de sal por el Real Salero, que con reales órdenes se administraba. Pagaba de impuestos 6.912 reales cada año.
En el Catastro de Ensenada de 1752, los vecinos eran 339: 2 del estado noble y 151 pecheros, de los cuales 94 eran jornaleros, 6 pobres de solemnidad, 46 viudas y 22 pobres, a los que se añadían 18 menores bajo tutela. El número de eclesiásticos se elevaba a 4. Las rentas totales del vecindario eran de 1.073.567 reales de vellón. De ellos, los labradores se llevaban la mayor partida con 812.700 reales; los jornaleros, 64.260, los comerciantes 46.225, 37.050 los carreteros y 33.680 reales los empleados de rentas generales. Por su parte, los colonos de bienes eclesiásticos percibían unas rentas de 1.103 reales, el justicia 140 y el panadero 400 reales. El vecino de mayor hacienda era Juan Martínez.
En el censo de 1787 tenía 1621 habitantes: un cura, un teniente de cura, un sacristán, 3 ordenados a título de patrimonio, 4 ordenados de menores, un escribano, 2 estudiantes, 52 labradores, 231 jornaleros, 7 comerciantes, 62 artesanos, 34 criados, 15 empleados de sueldo real, un dependiente de Inquisición y 1.206 que son menores, 56 pobres y personas sin oficio.
Esto es lo referido por el Diccionario Madoz a mediados del siglo XIX:
Villa situada al extremo SE de la provincia, en la pendiente de una colina y en su parte O., con libre ventilación.
Clima templado y poco propenso a enfermedades.
Forman la población 498 casas bastante espaciosas y bien distribuidas para las necesidades de los labradores. Las calles son irregulares, anchas, y las que están empedradas, que son pocas, muy mal. Su piso es incómodo, particularmente las que cruzan de E. a O., las cuales participan más del declive de la colina. Hay dos plazas, denominada la una de la Iglesia por dar una puerta a ella, y otra del Salero por estar en ella el almacén de la sal.
Para surtido del vecindario, una fuente al N., 1.000 pasos de la población, llamada Fuente Segura, a causa de no haber sufrido ninguna alteración aun en años muy secos.
Una escuela de primeras letras a la que concurren 83 niños, dotada con 1.500 reales de los fondos de propios y una pequeña retribución que dan los padres de los alumnos...
Su terreno es poco productivo y comprende 14.000 fanegas de tierra, de las cuales la mayor parte son de segunda y tercera calidad; una pequeña porción se halla plantada de viñedo y olivos, otra destinada a la siembra de cereales, parte de ésta se riega con las aguas del río Cabriel y de otras fuentecitas, las que se cultivan por 40 vecinos que residen en los caseríos de Contreras, Fuenseca, Moraleja, San Pedro y Huertas de Mateo, y lo restante se destina sólo para pastos.
En medio de la poca fertilidad de su dilatado término, se encuentra en él una de las fuentes de riqueza más inagotable; ésta es las famosas minas de sal, que llevan el nombre del pueblo, y que son tan conocidas.
El mencionado río sirve de límite entre el término de esta villa y el de Villalgordo del Cabriel.
Los caminos son locales, y el que conduce a Cuenca, que sin embargo de ser de sierra y de herradura no es enteramente malo. La carretera de las Cabrillas que dirige de Madrid a Valencia pasa por esta villa.
Parada de postas sujeta a la administración principal de Valencia.
Produce: trigo, cebada, centeno, avena, azafrán, miel, vino, aceite, legumbres y hortalizas.
Se cría ganado lanar y cabrío; caza de liebres, perdices, conejos, algunas cabras monteses, lobos y zorras, y poca pesca y de mala calidad en el mencionado río.
Industrias: la agrícola, la arriería, un molino harinero sobre el Cabriel, 4 prensas para la extracción del aceite, elaboración de jabón, jergas y lienzos bastos y, además, los oficios indispensables de sastres, zapateros, herreros, albañiles y carpinteros.
Comercio: está reducido a la exportación de sal e importación de géneros de consumo diario.
Población: 495 vecinos, 1.948 almas.
Capacidad productiva: 2.908.900 reales.
Impuestos: 145.445 reales.
El presupuesto municipal asciende a 13.800 reales, de los que se pagan al secretario de ayuntamiento 2.200 y se cubre con el producto de 7 maravedíes que se paga por cada fanega de sal que se extrae del almacén, y el de otras fincas de propios.
La mina de sal fue vendida por la Dirección General de Propiedades y Derechos del estado el día 15 de marzo de 1889 a don Juan José Cobo Lasso, vecino de Campillo de Altobuey, por la cantidad de 704.021 pesetas, equivalentes a 2.816.084 reales.
Personajes importantes naturales de Minglanilla fueron los siguientes:
-Benito Martínez “Don Benitón”, conocido también como el “Hércules conquense”, según doña María Luisa Vallejo, murió en Minglanilla en 1848. Fue un formidable atleta. Militar en África, cayó prisionero de los moros y logró escapar. Logró varios ascensos en la milicia por méritos de guerra.
-Enrique Cuartero de Huete, escultor del siglo XIX.
-Manuel Crespo Cebrián, siglos XVIII-XIX, fue gobernador general de Infantería y gobernador de Filipinas. Diputado y senador vitalicio. Tomó parte en noventa y cinco acciones de guerra y en trece cercos de plazas.
-Reyes Contorné, quien, al frente de pequeñas partidas, hizo frente al general Espartero en la guerra carlista, venciendo a esas tropas y liberando a Cuenca y a algunos de sus pueblos en 1843.
-Romualdo Crespo, hijo de Manuel Crespo Cebrián, teniente general en el siglo XIX.
-El brigadier Picazo.
-Juan Portillo y Fernández de Velasco, caballero de la orden de Santiago en 1833.
La Inquisición actuó en Minglanilla contra:
-Juan Valet, carpintero, francés. Año 1574. Luteranismo. Reconciliado.
-Mateo García, arriero. 1613. Blasfemia. Suspenso.
-María García. 1613. Fornicaria. Suspenso.
-Juana García, viuda de Sebastián Martínez. 1624. Blasfemias. Suspenso.
-Simón de Toledo, ventero de la venta del Pájaro. 1640. Hechicería. Incompleto.
-María Peñarrubia Peña. 1793. Superstición. Suspenso.
-Cierta persona. 1620. Fornicario.
En 1785, se embarca como pasajero a Indias Manuel Gregorio Martínez, cargador, natural de Minglanilla, hijo de Francisco Javier Martínez y de María Clemente, a Veracruz. Pasa en la fragata Nuestra Señora de los Dolores.
En el censo de 2010, figuraban 2.669 habitantes. En el de 1940, el número de los mismos ascendía a 3.474.